Un paso más en el Proyecto Definitio: la reunión del 30 de marzo
- Proyecto Definitio 
- 26 sept
- 2 Min. de lectura
El pasado 30 de marzo nos reunimos para dar un paso decisivo en el camino del Proyecto Definitio. Fue una tarde intensa en la que volvimos a constatar algo que nos entusiasma: las palabras importan, y definir bien es ya empezar a comprender.
La misión de la sesión
Nuestro objetivo era claro: avanzar en el proceso de extracción de definiciones de los juristas romanos. Para ello, trabajamos en tres frentes:
- Validar la metodología de extracción. 
- Coordinar la distribución de los libros que vamos a trabajar. 
- Resolver dudas y recoger sugerencias sobre la guía de extracción. 
La sesión no fue un simple repaso técnico: fue, más bien, un ejercicio colectivo de reflexión sobre cómo acercarnos a esos textos antiguos que, con su precisión y su ambigüedad, siguen hablando a nuestro presente.
La guía: brújula en un mar de textos
Presentamos y discutimos la nueva Guía para extractar definiciones, diseñada como un instrumento de trabajo común. Contiene criterios claros:
- Identificar cada fragmento con autor, libro, número y título. 
- Copiar la definición (o definiciones) detectadas. 
- Añadir comentarios cuando la definición sea dudosa o discutible. 
- Incorporar nuevas columnas para enriquecer la interpretación: referencias a la Palingenesia, al Edicto perpetuo, tipología de la definición (según Cicerón, Martini, Albanese), e incluso los modos de definir. 
La consigna fue unánime: optar por una recogida amplia. "In dubio, pro definitione". Mejor anotar demasiado que dejar fuera un matiz valioso.

Historias dentro de las palabras
Uno de los momentos más vivos llegó cuando discutimos las llamadas “definiciones ocultas”. Esas frases que no parecen definiciones en sentido estricto, pero que, con un verbo preciso o una aclaración inesperada, fijan el significado de un concepto. Fue como descubrir tesoros escondidos en rincones del texto que, a primera vista, podrían pasar desapercibidos ✨.
Debate y acuerdos
El debate fue rico: desde la asignación de libros hasta la forma de clasificar casos dudosos. Al final, acordamos tres cosas esenciales:
- Mantener la amplitud en la recogida, confiando en que el filtrado llegará después. 
- Compartir ejemplos prácticos que guíen a todos en la misma dirección. 
- Crear un espacio de formación continua, con seminarios cada quince días para profundizar, debatir y conectar con las fuentes retóricas (como los Tópicos de Cicerón). 
Mirando hacia adelante
Cerramos la reunión con gratitud y con ilusión. El proyecto crece, se enriquece, y cada definición extraída es una pieza más en el mosaico de una reflexión mayor: la de los juristas romanos sobre el lenguaje y su poder.

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